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El Boom inesperado de John Wick en el mundo

¡Con los perros no!

Chuck Norris usa pijamas de John Wick

¿El nuevo Chuck Norris?

Hace ya cinco años (así de rápido se nos ha ido la década), un filme que aparentaba ser otra película más de acción se posicionó rápidamente en el gusto del público.

La película co-dirigida por Chad Stahelski y protagonizada por el carismático y siempre querido Keanu Reeves, de inmediato captó la atención con un plot básico y una motivación que, pese a su simpleza, atrapó a todos. No era un atormentado policía o soldado con una esposa dramática y un hijo o hija rebelde, como siempre nos muestra Hollywood. Esta vez hablábamos de un ex asesino de la Bratva (la mafia rusa) que vuelve del retiro cuando el cretino hijo de su ex jefe, sin saber quién es, tiene la ocurrente idea de robarle el carro, golpearle… y matarle un cachorrito, último regalo de su recién fallecida esposa.

La persecución, ejecución y venganza de John Wick dejó pasmado al público, que cada vez pide más y más. Y como somos un monstruo hambriento, no tardó en dársenos una segunda parte más desenfrenada, donde, no han pasado más de dos horas donde se queda la primera, cuando se le viene el segundo reto a nuestro protagonista, encarnado en Santino, líder de la Cosa Nostra, quien obliga a Wick a cumplir una deuda con un último trabajo: asesinar a su hermana, líder de la organización criminal, con el fin de usurpar su puesto. Wick se ve obligado a aceptar y caer en lo que a todas luces era una trampa, ya que Santino no piensa cumplir su parte del trato. Viene con ello una persecución frenética, violenta y llena de muertes por doquier en escenarios caleidoscópicos y alucinantes, para después, terminar con nuestro protagonista metido en el problema más tremendo jamás visto: excomulgado de la Orden de asesinos, con toda la ayuda retirada, con un contrato de $14, 000 000 de dólares sobre su cabeza, y sólo una hora para huir a donde se pueda, porque en cuanto den las 6 pm, los asesinos lo van a linchar.

La curiosidad que despierta John Wick es su más grande arma

Con semejante final, era obvio que todos queríamos saber cómo demonios iba a zafarse Wick de una situación tan, pero tan jodida. (Excuse my French). No hallo otro adjetivo para describirla). Y cuando salió, era lógico que al menos yo iba a correr a verla.

Y bueno, no podemos decir que no cumplió con las expectativas. En realidad John Wick logra salir de ese predicamento y llevarse a varios en el camino. En esta tercera entrega, vemos a nuevas caras, nos vamos al otro lado del mundo, vemos consecuencias de los actos, hallamos que los perros son parte fundamental de la trilogía y sobre todo, nos deja con el hilo una vez más, ya que John Wick es como la mala hierba: no muere.

Lo curioso es que en el público de menos de 40 años, estas películas crearon un hito alrededor del personaje, que trascendió de ser un personaje más en películas de acción a ser un icono con luz propia.

Ha nacido la era de un nuevo personaje.

JOHN WICK NO DUERME. ESPERA

Primero hablemos de esta tercera entrega con algo de calma. ¿Ya la vieron? Porque no voy a dar spoiler alguno, pero sí a comentar ciertas cosas que han sido como el sentir general de quiénes la hemos visto.

En primera, la brutalidad. No minimiza ni se edulcora. Wick sigue siendo brutal y directo al deshacerse de los enemigos. Halla cuanto tenga a mano como arma y lo usa de modos que uno quisiera conocer para hacer uso cuando amerite la ocasión. En esta nueva entrega conocemos más sobre el pasado de Wick y nos enteramos de lo que sospechábamos: su origen bielorruso. Vemos también el agregado de perros entrenados como parte del staff y a su vez, comprendimos que debe haber una regla tácita entre asesinos: NO TOQUES AL PERRO.

Un sorpresivo giro que cambia de contexto todo el plano.

Sin embargo, esta tercera entrega se sale un poco del ambiente mundano y tangible de las dos anteriores para volar la imaginación y mostrarnos una Orden de Asesinos omnipresente y poderosa que rige a todos y de la cual nadie escapa. Los sucesos de “Pacto de sangre” se entretejen de tal modo que nos queda claro que Wick se metió con la Orden y el contrato sobre su cabeza es firmado directamente por los altos Mandos de la misma, quienes envían a su mediadora (que actúa como Hacienda) para ejecutar a todo aquel que haya ayudado a Wick durante las anteriores horas.

Si bien el creciendo de violencia y fantasía ha ido aumentando en cada entrega, el resultado ha sido muy aceptado y alabado, a grado tal que se ha gestado un nuevo personaje en la cultura pop.

JOHN WICK PUEDE LAMERSE EL CODO

En algún momento de la década pasada, comenzaron a aparecer en Internet ciertas frases curiosas donde se mencionaba a la estrella del cine de artes marciales Chuck Norris, en las cuales se le enaltecía como a un ser todopoderoso a niveles absurdos. Tales frases aludían a hazañas tales como “Chuck Norris desayuna Polonio 20” o “La Evolución es una lista de especies a las que Chuck Norris ha dejado vivir”. Y se volvieron un tópico constante, un ejercicio de singularidad humana, que hallaba cada vez frases más creativas, a grado tal, que en la cinta “Expendables 2”, que reunía a las estrellas más rudas del cine de acción, la aparición Chuck Norris se corona cuando él dice la frase “sí, recuerdo la vez que me mordió una cobra. Tras varios días de agonía… la cobra murió”.

La aparición de John Wick está haciendo que la estafeta cambie a una nueva generación. Chuck Norris es un personaje de los años 70 y 80. Las nuevas generaciones lo ubican por los memes, pero no por sus películas. Wick es un personaje reciente, en boga. No fue difícil pasarle la estafeta del hombre rudo que logra hazañas imposibles con su sola presencia.

Esto ha creado un fenómeno de masas sólido, construido a base de la respuesta humana, no tanto de una enorme campaña de publicidad. La gente ha aceptado tan bien la saga, que Keanu Reeves ha comentado que mientras el público pida más John Wick, habrá más John Wick. La misma tercera entrega se presta para una continuación, pese al mortal daño físico que sufre nuestro protagonista.

JOHN WICK LE VENDIÓ LA TORRE EIFFEL… A EIFFEL

¿Ya es mayo de 2021?

Las figuras de acción están a la orden del día; desde las popularísimas (y feas) Funko hasta las carísimas y detalladas Hot Toys. Hay de todo para el coleccionista. Y aunque aún no hay un cómic como tal, no deja de ser ajeno al ojo del lector de cómics la fuerte influencia que la narrativa gráfica tuvo en esta saga fílmica, con iluminaciones contratantes, colores vibrantes y dramatizares, muy en este nuevo estilo de iluminación bicolor tan en boga entre los ilustradores de Internet. Las tomas mismas nos remiten a paneles de cómic europeo. Puede verse la influencia de artistas como Manara, Feddericci o Marini. Sin contar que reunió después de 20 años a Lawrence Fishburne y Keanu Reeves. Verlos en la segunda entrega en esa azotea fue un curioso dèja vù, cuando el Rey de los Mendigos le dice “¿hace cuánto que no nos vemos?”, uno no puede evitar pensar “desde que le ofreciste una pastilla roja y una azul”… en fin, que hay muchos detalles que hacen que Wick casi raye en ser “película de culto”. Y es sorprendente, tratándose de una premisa que de origen parecía demasiado simple. Es decir, ¿todo esto por un perrito? Pero no es sólo “le robaron el auto y le mataron al perro”, como él mismo explica. Ese cachorro era el último recuerdo de la mujer que amó, por la cual hizo una tarea imposible para zafarse de ese mundo de sangre y violencia; mismo al cual terminó volviendo sin quererlo y lleno de rabia.

De lo fresco a hacer solo girar la rueda…

Podríamos hacer muchos análisis al respecto, pero lo cierto es que, en un terreno cinematográfico donde cada vez mas vemos menos villanos, menos acción humana y más clichés cómicos, más edulcoración en los contenidos y más falsa corrección política, John Wick, al igual que Deadpool son cachetadas de violencia pura  que te atasca los ojos. Y la gente no puede evitar amarlo.

Ahora nos queda esperar hasta la salida de la siguiente entrega: John Wick 4.

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